domingo, 25 de septiembre de 2011

NANOTECNOLOGÍA Y AGUA IV. DESALINIZACIÓN

La revista “National Geographic” en uno de sus artículos trataba de tres tecnologías, al margen de la evaporación, que prometían reducir los requerimientos energéticos de la desalinización.

Estos eran:

OSMÓSIS FORZADA
NANOTECNOLOGIA
BIOMIMÉTICA

Con el sistema de la EVAPORACIÓN utilizamos calor para evaporar el agua y condensar el vapor. Este tipo de plantas se suele construir cerca de centrales eléctricas para aprovechar el calor procedente de los generadores. Sin embargo, cuando no es posible aprovechar esta fuente, se suelen instalar plantas de desalinización por ósmosis inversa.

De las tres tecnologías mencionadas en National Geographic, excepto en la osmosis forzada, en los otros dos enfoques se rediseñan las propias membranas; en uno, los poros son nanotubos de carbono; en el otro, se usan las mismas proteínas que conducen las moléculas de agua a través de las membranas de las células vivas. Ninguna de las tres opciones será la solución a todos los problemas de agua del mundo ya que ninguna de las tres parecen hoy lo bastante simples y baratas.

La ósmosis forzada es un proceso que tiene un fin similar al de la ósmosis inversa, pero no utiliza presión sino sales adecuadas para proporcionar la presión osmótica suficiente para el proceso. La ósmosis forzada, lleva el agua a través de la membrana porosa hacia una solución que contiene aún más sal que el agua de mar, pero un tipo de sal que se evapora fácilmente como bicarbonato amónico (NH4HCO3) e hidróxido amónico (NH4OH) o que no afectan negativamente al producto resultante de potabilizar el agua como el agua glucosada. Aparte del ahorro energético, la ósmosis forzada puede ser mas eficaz porque puede llegar a dejar sal solida como subproducto en vez de salmuera.


Una aplicación, a pequeña escala, la utiliza la Nasa para reciclar la orina de los astronautas mediante una pequeña bolsa, similar a la de las transfusiones de sangre. La presión osmótica hace que las moléculas de agua se filtren para luego mezclarse con la solución de azúcar concentrada, sin necesidad de electricidad, calor o agitación. El proceso requiere entre cuatro y seis horas y queda listo para beber
Forward Osmosis Bag (FOB)
Los otros dos enfoques nanotubo de carbono y la biomimetica rediseñan la propia membrana; en uno, los poros son nanotubos de carbono; en el otro, se usan las mismas proteínas que conducen las moléculas de agua a través de las membranas de las células vivas. El primero utiliza una carga eléctrica en la boca del nanotubo y repele los iones de sal con carga positiva, mientras que las moléculas de agua sin carga se filtran con poca fricción, reduciendo la presión de bombeo. En la biomimética pasan por canales hechos de acuaporinas, proteinas que conducen eficazmente el agua hacia el interior y exterior de las células vivas y una carga eléctrica repele la sal.

A pesar del potencial de la nanotecnología para fabricar membranas que filtran agua de mar, los autores advierten que hay que seguir investigando antes de implantar esta tecnología. Por ejemplo, estudiarán si con nanotubos fabricados con otros materiales diferentes al carbono obtienen los mismos resultados.

Asimismo, aún habrá que determinar si este material entraña algún riesgo para la salud (en el caso, por ejemplo, de que los nanotubos de carbono se desprendieran de la membrana y cayeran al agua potable).

Los investigadores barajan también la posibilidad de que las membranas fabricadas con nanotubos puedan ser útiles para extraer oro, uranio y otros elementos del agua del mar. Para averiguarlo, los ingenieros tendrán que seguir realizando simulaciones moleculares y experimentos para descubrir el abanico de posibilidades que ofrece esta tecnología

Los nanocatalizadores y las nanopartículas magnéticas son otros ejemplos de cómo la nanotecnología podría transformar el agua muy contaminada en agua apta para consumo, saneamiento y riego. Los nanocatalizadores deben sus mejores propiedades catalíticas a su diminuto tamaño o al hecho de ser modificados a escala nanométrica. Pueden degradar los contaminantes químicamente, incluso aquellos que no se pueden tratar con las tecnologías actuales o cuyo tratamiento sería demasiado costoso, sin tener que desplazarlos de un lugar a otro. Investigadores del Instituto Indio de Ciencias de Bangalore han utilizado el nano dióxido de titanio precisamente para este fin (véase 'Tratamiento nano del agua exige ingeniería innovadora').

Las nanopartículas magnéticas ocupan grandes superficies en proporción a su volumen y se unen con facilidad a sustancias químicas. En las aplicaciones destinadas al tratamiento de aguas, pueden utilizarse para unirse a contaminantes como el arsénico o el petróleo y luego ser eliminadas mediante un imán. Varias empresas comercializan este tipo de tecnologías y los científicos publican a menudo nuevos descubrimientos en el área.

Por ejemplo, científicos de la Universidad de Rice, de Estados Unidos, emplean "nano óxido" para eliminar el arsénico del agua potable. La amplia superficie del nano óxido permite capturar cien veces más arsénico que si se emplea óxido manipulado a una escala mayor. El equipo prevé que una dosis de entre 200 y 500 miligramos de nano óxido alcanza para tratar un litro de agua. Desarrolla actualmente una manera de crear nano óxido a partir de artículos baratos de las casas, con lo que reducirían de forma considerable los costos de producción, convirtiéndolo en producto viable para distintas comunidades del mundo en desarrollo.

Además de servir para tratar el agua, la nanotecnología es capaz de detectar contaminantes transportados por ella. Los investigadores desarrollan nuevas tecnologías de sensores que combinan la micro y la nanofabricación para la creación de sensores pequeños, portátiles y ultraprecisos, que pueden detectar en el agua células individuales de determinadas sustancias químicas y bioquímicas. Varios consorcios de investigación están realizando ensayos de campo con estos dispositivos y algunos esperan comercializarlos pronto. Por ejemplo, un equipo de la Universidad del Estado de Pensilvania, en los Estados Unidos, ha desarrollado una forma de detectar arsénico en el agua a través de nanoalambres colocados en un chip de silicio.

Algunos investigadores exigen más investigación sobre los posibles riesgos ambientales y para la salud del uso de la nanotecnología para el tratamiento de aguas. Por ejemplo, preocupa que la mayor reactividad de las nanopartículas las vuelva más tóxicas. Su reducido tamaño también implicaría que son difíciles de retener, y que se podrían dispersar más fácilmente en el aire y dañar la vida acuática. Todavía se desconocen todos los efectos de la exposición a los nanomateriales, desde su manipulación en plantas de tratamiento hasta su consumo a través del agua tratada.

Pero se puede hacer una distinción, en términos de evaluación del riesgo, entre nanopartículas activas y pasivas. Las pasivas, como las que se usan para revestir un material, no presentarían ni más ni menos riesgo que otros procesos de fabricación. En cambio, las activas, que pueden dispersarse en el ambiente, implicarían riesgos asociados a su control y contención.

Resumiendo, ¿podrán las nanotecnologías resolver realmente los problemas del agua de los países en desarrollo? Hay señales positivas de que así será. En primer lugar, los profesionales y científicos que se ocupan del tema del agua involucran cada vez más a las comunidades locales en diálogos efectivos para la comprensión de los problemas y las oportunidades, derivados del uso de la nanotecnología aplicada al mejoramiento del agua. En segundo lugar, puesto que la comercialización de la nanotecnología aún está dando sus primeros pasos, podemos esperar que el diálogo entre los investigadores, las comunidades y la industria aliente a científicos y empresarios a desarrollar modelos de negocio adecuados para el aprovechamiento de sus invenciones.

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NANOTECNOLOGÍA Y AGUA III. OSMOSIS INVERSA

La osmosis inversa es uno de los métodos mas utilizados para la desalinización del agua, y a diferencia de la evaporación, implica un menor consumo de energía por no llevar aparejado un cambio de fase del agua. El proceso se basa en la aplicación de alta presión al agua para conseguir que esta pase de una solución hipertónica (el agua de mar, con alta concentración de sales) a una hipotónica (mas diluida, con menor concentración de sales) a través de una membrana semipermeable. Dado que la presión osmótica del agua de mar es de 30 atm, se necesita una presión mayor a este valor para invertir el flujo natural del líquido (de la disolución menos concentrada a la más concentrada para lograr una solución isotónica). La función de la membrana es la de evitar el paso de impurezas disueltas y al mismo tiempo ser permeable al agua. Bombear agua de mar hasta presiones de más de 70 kilogramos-fuerza por centímetro cuadrado requiere menos energía que llevarla a ebullición, pero sigue siendo costoso.
No obstante la nueva membrana, desarrollada por el profesor de ingeniería civil y medioambiental de la universidad de California Eric Hoek (hoek@seas.ucla.edu) y su equipo de investigación:

University of California, Los Angeles
Department of Civil & Environmental Engineering
PO Box 951593
Los Angeles, CA 90095
UNITED STATES

utilizan una  matriz de polímeros y nanopartículas entrecruzados, diseñada para atraer el agua y rechazar casi todos los contaminantes. Estas nuevas membranas se estructuran a escala nanométrica para crear túneles moleculares a través de los cuales el agua fluye más fácilmente que los contaminantes. Las nanopartículas están diseñadas para atraer el agua y son muy porosas, impregnándose de agua como una esponja, mientras rechazan las sales disueltas y otras impurezas. Las nanopartículas empotradas en esta nueva membrana también rechazan materias orgánicas y bacterias que con el tiempo tienden a obstruir las membranas convencionales.

Con estas mejoras, se necesita menos energía para bombear el agua a través de las membranas. Como repelen las partículas que de otro modo se pegarían a la superficie, las nuevas membranas se deterioran más lentamente que las convencionales. El resultado es un proceso de purificación del agua que es tan eficaz como los métodos actuales, pero utiliza la energía con mayor eficiencia y puede resultar mucho menos costoso. Las pruebas iníciales sugieren que las nuevas membranas tienen el doble de productividad (consumen un 50 por ciento menos de energía) reduciendo el coste total del agua desalinizada en un 25 por ciento.

En cualquiera de los casos estos métodos de desalinización inevitablemente dejan un residuo de salmuera concentrado que puede dañar el medio ambiente e incluso el mismo suministro de agua. Las descargas de salmuera son especialmente difíciles de desechar en plantas de desalinización ubicadas tierra adentro. Además, la salmuera está incrementando el nivel de salinidad en las proximidades de las costas. Mientras más salada el agua, más caro es desalinizarla.

Próximamente haré referencia a la conocida revista “National Geographic” que en uno de sus artículos trataba de tres tecnologías, al margen de la evaporación, que prometen reducir los requerimientos energéticos de la desalinización.

jueves, 22 de septiembre de 2011

NANOTECNOLOGIA Y AGUA II. FILTROS

La escala nanométrica tiene que ver con las partes más diminutas de la materia que se pueden manipular. Operar a esa escala facilita el ensamblaje de átomos y moléculas según especificaciones exactas. Podríamos imaginar que la creación de nuevos materiales o la modificación de los existentes se parecen un poco al armado de estructuras con los bloques Lego. En aplicaciones como la filtración de aguas, esto significa que los materiales se pueden hacer a la medida o ajustar para que sean capaces de filtrar metales pesados y toxinas biológicas.

Los materiales trabajados a escala nanométrica suelen tener propiedades ópticas o eléctricas distintas a los mismos materiales manipulados a escala micro o macro. Por ejemplo, el nano óxido de titanio es un catalizador más eficaz que el óxido de titanio fabricado a escala micro, y puede ser utilizado en el tratamiento de aguas para degradar contaminantes orgánicos. Sin embargo, en otros casos, el reducido tamaño de las nanopartículas hace que el material sea más tóxico de lo normal.
 

Las nanotecnologías podrían paliar los problemas del agua si resuelven los retos técnicos que presenta la eliminación de contaminantes como bacterias, virus, arsénico, mercurio, pesticidas y sal.

Muchos investigadores e ingenieros sostienen que las nanotecnologías ofrecen alternativas más económicas, eficaces, eficientes y duraderas, en particular porque el uso de nanopartículas para el tratamiento de aguas permitirá que los procesos de fabricación contaminen menos en comparación con los métodos tradicionales y porque se necesita menos mano de obra, capital, tierra y energía.

Lo mismo se decía de las nuevas tecnologías en el pasado. Pero si fuéramos capaces de desarrollar nuevos modelos de negocio que nos permitieran emplear las nanotecnologías de forma sostenible para resolver problemas reales, identificados en conjunto con las comunidades locales, tendríamos razones para ser optimistas.

Una serie de dispositivos para el tratamiento de aguas que incorporan adelantos nanotecnológicos ya se encuentran en el mercado; otros están próximos a su lanzamiento o en proceso de desarrollo.

Las membranas de nanofiltración que mencionaba en mi anterior post ya son de uso habitual para la eliminación de sales disueltas y microcontaminantes, el ablandamiento del agua y la depuración de aguas residuales. Las membranas actúan como una barrera física, capturando partículas y microorganismos más grandes que sus poros, y rechazando sustancias de manera selectiva. Se espera que la nanotecnología siga mejorando esta tecnología con membranas y permita reducir los prohibitivos costos que tienen los procesos de desalinización.

Los investigadores desarrollan nuevos tipos de materiales nanoporosos, más eficaces que los filtros convencionales. Por ejemplo, un estudio realizado en Sudáfrica demostró que las membranas de nanofiltración pueden generar agua potable a partir de agua subterránea salobre. [6] Y un equipo de científicos de India y EE. UU. desarrolló filtros hechos con nanotubos de carbono que tienen el poder de eliminar bacterias y virus con más eficacia que las membranas de filtración convencionales.

Las arcillas de paligorskita (1) y las zeolitas (2) naturales también se utilizan en los nanofiltros. Se hallan en numerosos lugares del mundo y cuentan con poros de proporciones nanométricas naturales. Un estudio del uso de las membranas de arcilla de paligorskita para filtrar aguas residuales procedentes de una central lechera en Argelia demostró que son capaces de reducir el suero y otros materiales orgánicos presentes en las aguas residuales de manera eficaz y económica, volviéndola apta para consumo.

Las zeolitas también se fabrican, y las utilizamos para separar sustancias orgánicas perjudiciales del agua y eliminar iones de metales pesados. Investigadores de la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth, en Australia, han creado una arcilla sintética de bajo costo, llamada hidrotalcita (3), que atrae el arsénico y lo elimina del agua. Han ideado un novedoso empaque para el producto, destinado a comunidades de bajos ingresos: una “bolsita de té” que se puede sumergir en los dispositivos de agua domésticos durante unos 15 minutos, antes de beber el líquido. Y la compra de las bolsitas usadas por parte de las autoridades podría incentivar el reciclado y contribuir a la eliminación del arsénico concentrado.


(1) La arcilla paligorskita también es conocida como tierra de Florida o floridrín, aunque algunas veces se la llamó tierra de Fuller. El último apelativo se empleó también para denominar a las sepiolitas. Hasta hace poco la paligorskita ha sido llamada atapulgita. Es un mineral de silicato de magnesio-aluminio hidratado que tiene propiedades coloidales muy buenas, tales como: características de la dispersión, la resistencia a altas temperaturas, la sal y la resistencia a los álcalis, así como adsorbente y con capacidad de coloración.

(2) En 1757, el sueco Axel Fredrik Cronstedt descubrió además del níquel y el wolframio el mineral estilbita. Este perdió agua cuando se calentó con una llama de soplete, un proceso ahora conocido como "intumescencia". Él llamó a dicho mineral "zeolita", del griego "zeo", hervir y "lithos" piedra, ya que muchas zeolitas parecen hervir cuando se calientan. A partir de este descubrimiento las zeolitas se consideran como uno de los grupos de minerales más abundantes sobre la tierra. Los grupos principales son la Filipsita, Modernita, la faujasita, Analcita, Chabazita, Heulandita, Natrolita y la Laumontita. El intercambio iónico es una de las propiedades más importantes de las zeolitas debido a que por un lado se pueden llevar a cabo modificaciones para cambiar sus propiedades superficiales (afinidad por compuestos orgánicos) y por otro lado, esta propiedad de intercambio iónico es útil en más de un proceso industrial, doméstico, en la agricultura, en la acuacultura y en usos ambientales

(3) La hidrotalcita, [Mg6Al2(OH)16](CO3)•4H2O, pertenece a una clase de compuestos llamados arcillas aniónicas, o bien cuando son sintéticos, se les llama hidróxidos dobles laminares. La síntesis de materiales tipo hidrotalcita ha sido motivo de diversas monografías que han sido revisadas y en donde se puede consultar en detalle los métodos para su obtención.

domingo, 18 de septiembre de 2011

NANOTECNOLOGÍA Y AGUA I. FILTROS

A diferencia de otras tecnologías, que han nacido directamente de una disciplina científica concreta, la nanotecnología abarca un amplio abanico de áreas de estudio. En esencia, se define por la escala en la que opera: la nanociencia y la nanotecnología suponen estudiar y trabajar con materia a escala ultra pequeña. Un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro y un solo cabello humano tiene unos 80.000 nanómetros de ancho. Es difícil hacerse una imagen visual del tamaño, pero para tener una idea, si la distancia que hay entre el Sol y la Tierra fuera de un metro, un nanómetro sería lo que ocuparía una cancha de fútbol.
Los nanotubos de carbono tienen un gran potencial para convertirse en el material adecuado para la construcción de filtros prácticamente perfectos. Su estructura y tamaño podrían "discriminar" entre las moléculas de agua y las pertenecientes a las impurezas que esta contiene en suspensión. Un filtro de este tipo incluso sería capaz de eliminar del agua virus, bacterias y metales, tres de las causas más frecuentes de contaminación.

Una ventaja innegable de este sistema es que no necesita una fuente de energía externa para funcionar. Simplemente se haría pasar el agua a través del dispositivo. Y su costo sería lo suficientemente bajo como para los 2400 millones de personas, que ya sufren algunas de las consecuencias de la escasez de agua potable, tengan acceso este tipo de filtros.

El agua se ha convertido en uno de los recursos más preciados del planeta. El rápido aumento de la población mundial sumado a la escasez de este elemento ha obligado al hombre a agudizar su ingenio para conseguir agua potable. Por otra parte  enfermedades relacionadas con el agua suponen la causa de la muerte de miles, tal vez decenas de miles de niños cada día. Todo esto se podría prevenir con la nanotecnología molecular que ya  ofrece oportunidades en muchos otros ámbitos.
Hoy en día mucha agua se desperdicia porque no es cien por cien pura. Las tecnologías de tratamiento eléctrico mecánicas sencillas y fiables pueden recuperar el agua contaminada para usos agrícolas o incluso para el doméstico. Estas tecnologías requieren de una fuente modesta de energía. Filtros físicos con poros de una escala nanométrica pueden eliminar el 100% de bacterias, virus y hasta priones. Una tecnología de separación eléctrica que atrae los iones a láminas supercapacitoras puede eliminar sales y metales pesados.

La capacidad de reciclar el agua de cualquier fuente para cualquier uso podría ahorrar enormes cantidades de agua y permitir el uso de recursos hidráulicos hasta ahora no aprovechados, permitiendo también eliminar el tipo de contaminación "rio abajo"; mediante filtros de agua totalmente eficaces capaces de asumir la regeneración de las aguas "sucias" provenientes de las actividades agrícolas e industriales..

Los costes iníciales de fabricación de los  dispositivos de tratamiento de agua basados en la nanotecnología molecular así como los costes de la energía  serían muy bajos. Filtros de materiales bien estructurados y pequeños actuadores permitirían que hasta los elementos más pequeños puedan controlarse y depurarse y unidades compactas de filtros completamente automatizadas se podrían integrar en los sistemas de potabilización

Investigación publicada en "Physics World"

  • El estudio muestra el potencial de la nanotecnología para desalinizar agua
  • Muchas plantas desalinizadoras utilizan la ósmosis inversa
  • Las membranas de los nanotubos de carbono son 20 veces más permeables
  • Son más eficaces y necesitan menos energía, con lo que el coste se reduciría
La nanotecnología podría mejorar los sistemas que se utilizan en la actualidad para desalinizar agua del mar. Una investigación de la Universidad escocesa de Strathclyde muestra cómo los nanotubos de carbono (finísimas capas de carbono de sólo un átomo de grosor enrolladas en cilindros) podrían utilizarse para filtrar agua salada de una manera más eficaz y económica que los sistemas usados hasta ahora. Las conclusiones del estudio se han publicado en 'Physics World'.
Para llevar a cabo la investigación, liderada por Jason Reese, profesor de Termodinámica y Mecánica de Fluidos de la Universidad de Strathclyde, se hicieron simulaciones por ordenador.

La técnica basada en la ósmosis, consiste como sabemos en poner en contacto mediante una membrana permeable dos fluidos con diferentes concentraciones de sólidos disueltos. La membrana permite el paso del fluido que tiene menor concentración (de sal y minerales en el caso del agua del mar) a la zona en la que se encuentra el fluido con mayor concentración.

Para convertir agua del mar en potable, la mayor parte de las plantas de desalinización utilizan el proceso inverso, conocido como ósmosis inversa. El agua se presuriza a un valor superior al de la ósmosis para conseguir el paso del agua con más concentración a la zona en la que hay menos. De esta forma, el agua se mueve hacia la zona en la que se encuentra el agua potable y la salmuera queda atrás. Para que se considere potable, es suficiente con filtrar el 95% de la sal y minerales.

Gracias a esta técnica se consigue agua potable pero el proceso es poco eficiente y hace falta una gran cantidad de energía para llevarlo a cabo, lo que dispara el coste.
Según los autores de este estudio, los nanotubos de carbono permitirían fabricar membranas 20 veces más permeables que las que se utilizan en las plantas desalinizadoras. De esta forma se reduciría la energía necesaria para poner en marcha el proceso y con ello, el coste. Además, los autores aseguran que los nanotubos de carbono han demostrado ser muy eficaces a la hora de repeler iones de sal.

La nanotecnología permitiría por tanto instalar plantas desalinizadoras en países en desarrollo que en la actualidad no pueden afrontar el gran coste de convertir agua de mar en potable.

Según los autores del informe, conseguir un metro cúbico de agua potable a partir del océano cuesta 0,45 dólares. Es decir, cinco veces más que lo que cuesta extraer y procesar agua de un río o de una fuente subterránea. Los países ricos pueden permitirse esta inversión pero el proceso resulta inviable para los países más pobres, que con frecuencia son los que más sufren la carestía de agua.

jueves, 15 de septiembre de 2011

EL DISEÑO ECOLOGICO EN ESPAÑA

 
El diseño ecológico es un nuevo concepto que busca reducir el consumo de energía de productos como, por ejemplo, los electrodomésticos. La información relativa a los resultados ecológicos y a la eficacia energética del producto deberá ser visible, a ser posible, en el propio producto, para que el consumidor pueda comparar antes de comprar.

La Directiva 2005/32/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 6 de julio de 2005, instaura el marco para el establecimiento de requisitos de diseño ecológico aplicables a los productos que utilizan energía y por la que se modifica la Directiva 92/42/CEE del Consejo y las Directivas 96/57/CE y 2000/55/CE del Parlamento Europeo y del Consejo [Véanse los actos modificativos].

En España el Consejo de Ministros de 18 de febrero de 2011 aprobó el Real Decreto 187/2011 de 3 de Marzo estableciendo unos requisitos que los productos relacionados con la energía deben incorporar a la hora de ser diseñados, con el fin de contribuir al desarrollo sostenible con el fin de contribuir al desarrollo sostenible y a la protección del medio ambiente a través del incremento de la eficiencia energética, la disminución de la contaminación y el incremento de la seguridad del abastecimiento energético.

Hasta el momento, en la legislación española existía una regulación similar aplicada tan sólo a los productos que utilizaban energía. El Real Decreto 187/2011 de 3 de Marzo incorpora al ordenamiento jurídico español la Directiva 2009/125/CE, de 21 de octubre de 2009, sobre criterios ecológicos de diseño y sustituye a la normativa española anterior, ampliando su ámbito de actuación a todos los productos relacionados con la energía.

El Real Decreto afecta a todos aquellos bienes que tienen un impacto sobre el consumo de energía durante su utilización. Se trata de productos relacionados con la energía que tienen un importante potencial para reducir las consecuencias medioambientales como ventanas y materiales aislantes utilizados en la construcción o algunos productos que utilizan el agua, como los grifos por ejemplo. Son productos que mediante un mejor diseño ecológico puedan contribuir a un ahorro energético importante durante su utilización.

Los criterios ecológicos que tendrán que incorporarse al diseño no afectarán de forma significativa a la funcionalidad del producto, a su dispuesto en el Real Decreto.

Ver el texto del B.O.E

domingo, 11 de septiembre de 2011

APROVECHAMIENTO DEL AGUA DE LLUVIA. SOLUCIONES TECNOLÓGICAS

El Agua de Lluvia es un recurso alternativo para el suministro de agua en el sector de la edificación. En España, como suele ser habitual, existen inercias normativas, técnicas y de mercado que impiden la implantación de tecnologías innovadoras. Ello nos sitúa en la cola de los países europeos en tecnologías de aprovechamiento de aguas pluviales para usos en edificación. Con la idea de trabajar para dar a conocer la recuperación de agua de lluvia, surge en diciembre de 2008 una iniciativa para trabajar conjuntamente desde la plataforma de Aqua España.

Después de 2 años intensos de trabajo, la comisión de Gestión de aguas pluviales puede ofrecer un documento técnico que analiza las soluciones tecnológicas existentes aplicables a las necesidades de un entorno mediterráneo en materia de aprovechamiento de las aguas pluviales en la edificación. Este resultado, liderado desde la industria española de las tecnologías del agua se pone a disposición de la sociedad y de los organismos públicos para contribuir desde una vertiente tecnológica al desarrollo de soluciones para la gestión sostenible de los recursos hídricos alternativos. Las expectativas son altas y Aqua España quiere emplazar a las administraciones y a la sociedad civil a una apuesta clara para la modernización y gestión del agua con criterios de sostenibilidad.

El aprovechamiento del agua de la lluvia, una práctica tan básica desde las culturas clásicas y con tanta difusión y posibilidades en el ámbito mediterráneo, debe tener un papel central en las iniciativas avanzadas de gestión del agua. Existen multitud de aplicaciones diarias que no requieren una calidad de agua potable y para las cuales el agua de lluvia es una alternativa eficaz y adecuada: cisternas de inodoros, lavado de ropa, riego, limpieza. Aplicando estas medidas se puede reducir un 40% el consumo de agua de nuestros hogares.

Ir a la guía técnica del aprovechamiento de las agua pluviales en edificios


RESUMEN EJECUTIVO PLAN DE AHORRO DE ENERGIA 2011-2020